Ex jefes de Farc confiesan trato cruel a secuestrados

Agencias | La PRENSA del TÁCHIRA.- "A los policías que estuvieron cautivos se les ponía un nylon para sujetarlos." A pesar de que tenían diarrea "no podían ir al chonto entre las 6:30 p.m. y las 5:00 a.m. una vez se cerraba la puerta" y debían hacer sus necesidades en bolsas e incluso "en los recipientes donde comían", confesó ante la Jurisdicción Especial de Paz -JEP- Marcos Alvis Patiño, quien en las Farc obedeció al alias de "Patequeso", el carcelero de las Farc.

Durante más de siete horas, el compareciente rindió versión ante la Sala de Reconocimiento de la JEP sobre los tratos crueles e inhumanos que sufrieron los policías en los dos campos de secuestrados que comandó, entre los cautivos estaban los policías de la toma de Mitú, ocurrida en 1999.

Su testimonio incluyó un reconocimiento de responsabilidad sobre los hechos que investiga la JEP en el marco del caso 01: Toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad cometidas por las Farc. Patiño, quien era el segundo cabecilla del Frente 55, pidió perdón a las víctimas y realizó un detallado relato de los horrores de la violencia de la que él fue partícipe. 

"El daño que hicimos en esta guerra es demasiado grande", dijo al reconocer los malos tratos que sufrieron víctimas de cautiverio.

Su respuesta llegó minutos después de que la magistrada Julieta Lemaitre, presidenta de la Sala de Reconocimiento, le leyera una solicitud del general Luis Herlindo Mendieta, víctima directa que estuvo en uno de los campos de secuestrados.

 "Él quiere que se reconozca que ellos estaban cerca de los marranos, les llegaba el olor constante, y que no tenían agua suficiente y los marranos sí. Tenían sed, se sentían humillados".

El compareciente admitió la situación y describió, ilustrando con un mapa que elaboró, la distribución del campo y la forma como le bombeaban agua a los marranos, a los cautivos y al campamento de los guardias. "El secuestro era inhumano, denigrante y de las peores cosas que ha dejado el conflicto", señaló el compareciente.

Casos en Antioquia y Chocó

Jhoverman Sánchez, también conocido como "Manteco", reconoció el 11 de marzo su responsabilidad como el tercero al mando del frente quinto hasta 1997 y luego como comandante el frente 58 que operaba en la misma zona (Nudo de Paramillo, Urabá y Chocó). Participó en operaciones militares en Riosucio, Murindó, Vigía del Fuerte, Bojayá, Carmen de Atrato y Juradó.

34 víctimas enviaron observaciones y preguntas al compareciente. Sobre estos casos, Sánchez reconoció su participación en estos delitos, pidió perdón a quienes sufrieron estos crímenes y se comprometió a investigar los que cometieron guerrilleros que estuvieron bajo su mando.

Admitió su participación en el secuestro de más de 137 miembros de la fuerza pública, entre militares y policías, en los años 1998 al 2005. Sin embargo, ante los vejámenes que una de las víctimas directas de estos casos denunció haber sufrido en medio de su cautiverio, el compareciente respondió: "Había otros mandos superiores a mí que se encargaban de esto. Nunca fui a ninguno de estos campamentos, quien enviaba o recibía las notas tampoco era yo, si no estoy mal quien se encargaba de eso era Iván Márquez".

También le atribuyó a Márquez, hoy comandante de la disidencia denominada Segunda Marquetalia, la orden de secuestrar en Urrá, Córdoba, en 1994, a dos topógrafos de nacionalidad sueca, un ingeniero colombiano y dos conductores, todos contratistas de Skanska.

En este caso, Jhoverman Sánchez reconoció que participaron los frentes quinto, 34, 18, 58 y 57, pero insistió que para esa época "no era mando de ningún frente, ni siquiera era el tercero del quinto."

Por casos de desaparición forzada, en medio de la diligencia uno de los abogados de las víctimas le preguntó al compareciente sobre quién era el mando en la zona de Dabeiba, pues las víctimas dicen "que era común que cuando transitaban del Urabá hacia Medellín, en Dabeiba, en un puente los paraba la guerrilla constantemente, se montaban, señalaban quiénes se tenían que bajar, los mataban y los tiraban al río."

"Sí sucedieron esos hechos", respondió Jhoverman, "esa acción la hacían comisiones de dos frentes: 34 y quinto, pero los que pasábamos por allí no hacíamos esos (hechos)", concretó.

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