Nelson Altuve P | La Prensa del Táchira.- A sus 30 años edad William Correia vivió una de las experiencias más amargas de su vida. Este joven tachirense sufrió la tortura de pasar casi 6 meses detenido, sin entender porque tanto ensañamiento.
El 31 de agosto pasado, fue liberado de lo que es calificado como un "secuestro". Desde su detención el 10 de marzo, estuvo en una celda pequeña que compartió con otros cinco compañeros y donde apenas si podían moverse un poquito.
Cuenta Correia, que había viajado a Caracas días antes, en compañía de Deivis, y se encontraron con Renzo Prieto. "Queríamos compartir con él porque cumplía años el 11 de marzo, y luego regresaríamos a San Cristóbal, pero no se pudo festejar. Fuimos detenidos en el sitio donde se hospedaba Prieto, y nos tocó cantarle el cumpleaños a las 2 de la mañana, todos esposados a una cama allá a donde nos llevaron".
Manifiesta este joven descendiente de padre portugués, que el 13 de marzo los llevaron ante un tribunal siendo acusados de asociación para delinquir, financiación del terrorismo e incitación al odio. "Yo en mi vida nunca había pisado una cárcel, por nada".
¿Cometió usted alguno de esos delitos que le imputó ese tribunal?
"Jamás, nunca estuve detenido, ni menos cometer un delito (se le quiebra la voz), simplemente cuando estudiaba en la Universidad Católica del Táchira, entre 2007 y 2010 participé en manifestaciones, incluso compartí con Renzo en la lucha por los presos políticos, estuvimos en huelgas de hambre, encadenamientos, en ese tipo de cosas, pero nada que ver con los delitos que dijeron".
¿Ya te sientes bien o siguen las secuelas de los momentos vividos en la cárcel?
"Debo decir, que nunca me torturando físicamente, pero el encierro lo afecta a uno psicológicamente , estar allí en un pequeño cuarto, sin poder movernos es muy duro, pero más duro fue escuchar la voz de mi esposa a lo lejos y no poder hablar con ella, no saber nada de mi hija de 11 años ni de mis padres".
William Correia, cuenta que su esposa, con la que lleva 13 años de matrimonio tuvo que movilizarse a Caracas. "Aprendió a recorrer las calles, como llegar en metro, era primera vez que visitaba la capital, a veces se ayudaba y daba fortaleza con la madre de Deivis".
Durante su reclusión Willians recibió una triste noticia que lo golpeó fuerte. Su señora madre fue diagnosticada con cáncer. "Teníamos 3 meses ya detenidos cuando me enteré, y a raíz de mi detención pues ella tenía mucho stress y preocupación, ahorita se encuentra haciendo sus quimios, gracias a Dios poco a poco va mejorando, y espero que con esta noticia de mi liberación este más tranquila y solo deseo salga victoriosa de esa lucha".
El tema de la pandemia lo llenó de nerviosismo, como al resto de compañeros. "Uno solo piensa en la familia, en cómo estarán ellos".
Pese a todo este infortunio en tu vida ¿mantienes intactas tus ideas y convicciones?
"Estamos claros en nuestra lucha, en la defensa de la libertad. Ahora más que nunca debemos ser fuertes, no perder la esperanza, eso no se acaba".
Willians aún no tiene fecha de retorno a San Cristóbal. Dijo que debe hacerse las pruebas de la Covid-19 que les exigen en la carretera, además hacer diligencias con los documentos porque no tiene. "El día que nos metieron presos nos quitaron todos los papeles y desaparecieron".
¿Cómo supo que iba a salir en libertad?
"No, ni idea. Hasta ese día nosotros estábamos incomunicados, no sabíamos nada, aislados, pero desde la celda se sentía el ambiente tenso porque se escuchaba el ruido de los carros, que era algo anormal, pero no sabíamos que eran porque saldríamos libres ese día".
¿Qué te dejan como experiencia todos esos meses en la cárcel?
"Bueno, creo que muchas cosas, primero la sensación de estar secuestrados, porque esa es la palabra, pero se aprende a valorar el día a día, hasta de disfrutar de una lavada de dientes, un cepillo, de una buena cama, de la comida, hasta del agua porque eso era por lo que más sufrimos durante ese secuestro".
¿Cómo fueron tus primeras horas, luego de salir de prisión?
"Estoy tranquilo, poniéndome al día en algunas cosas, primero con la familia, poder hablar con mi padre y madre, mi hija, además tener aquí la compañía de mi esposa, recuperar el tiempo perdido, descansar".
¿Qué aprendizaje tuvo del grupo con los que compartió durante su reclusión?
"De ellos, aprendí que la unión hace la fuerza, que es importante el apoyo emocional de todo el grupo, dando valor a la vida, a las cosas pequeñas que a veces no se valoran".
¿Contó las horas para tu liberación?
"No teníamos una fecha, sabemos que el retardo procesal de la justicia en Venezuela, además como esto era un asunto político podíamos durar varios años, tal como le ocurrió a Renzo que pasó 4 años detenido. Lo que no perdimos fue la fe, y siempre en los momentos malos y de nostalgia allí estaban los compañeros".
Sin nada que hacer, sino hablar, Willian se apuntó en los juegos de ludo que animaba Renzo, pasaban las horas jugando, era la única distracción. "Mi suegro es colombiano y él me enseñó el juego así que me fue bien".
William, luego de salir en libertad, junto a su esposa, junto a los diputados Renzo Prieto y Gilber Caro
Agradece el apoyo de muchas personas. Tiene palabras de afecto para los compañeros, amigos de la familia que estuvieron pendiente de él, de sus padres, de la hija, con un saludo, un mercado. A toda esa esa gente de San Cristóbal, ellos saben que estoy agradecido de corazón".
Aunque no quiere hablar de política envía un mensaje de fe y esperanza a los que siguen detenidos. "Esto no dura para siempre, esa frase que dice un día más es un día menos, nunca nos debe hacer decaer falta poco y pronto llegara la liberación".
Agrega Correia que no se va de Venezuela. "Aquí nací, crecí y aquí muero, en la lucha seguiré aportando mi granito de arena. Vivimos en medio de un problema, hasta ustedes los periodistas por decir las verdades, están en riesgo, todos estamos en riesgo. En algún momento debe llegar el cambio, por ahí hay una canción que dice que nada dura para siempre, yo tengo fe y esperanza que esto va a cambiar pronto".
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