"Uno también ve si la persona está necesitada, le deja las flores más baratas. Lo ideal es vender?
Óscar Flores
Florista
Fabiola Barrera | La Prensa Táchira.- Casi nulas las ventas de flores, arreglos y velas en el Cementerio Municipal de San Cristóbal. Desde la llegada de la pandemia, los comerciantes que hacen vida dentro del Camposanto no ven luz.
Ya la compra de flores no es una prioridad y ello se evidencia en la variedad que ofrecen los puestos dedicados a la venta de ramos, por unidad o docena de flores. Si bien muchas personas iban hasta este lugar, dado que allí era el lugar donde se podían comprar flores más asequibles, ya la demanda no es ni el 10% de lo que hacían antes de la llegada de la COVID-19 al estado.
"Todo esto está muy fuerte. Ya no compramos la misma cantidad de flores. Tenemos que inventarnos mil y un cosas para evitar que se nos dañen. Esto no es un producto de primera necesidad y estamos conscientes de ello", indicó Pablo Sánchez.
Explicaba que el producto más caro son las rosas y margaritas, cuyo precio por docena es de unos ocho mil pesos. Le siguen las gerberas, cuyo precio es de 2500 pesos la unidad. Indicó que procuran tener precios que se adapten a todos los bolsillos.
Por su parte, Georgina Carrero informó que todos están afectados por esta situación, pero quienes no comprenden la baja en las ventas son los que traen el producto hasta el lugar, pues constantemente les suben los costos, lo que afecta el precio al que deben ofertar.
"A nosotros nos traen flores de Bailadores y Mesa de Aura, pero si fuera por ellos, nos subían todos los días las flores. Nos toca ponerle la más baja temperatura a los enfriadores para que duren las flores unos quince días y que no se marchiten".
Destacó que antes compraban flores a diario, pero con la crisis, se vieron en la obligación de hacerlo, a duras penas, dos veces a la semana. "Ya la gente está pendiente de otras cosas y las flores no son una prioridad".
Trueques
Para unos lo que importa es que puedan obtener alguna ganancia. Tal es el caso de Óscar Flores, quien recibe hasta productos de la cesta básica si no tienen dinero para pagarle. "Dos harinas son una docena de rosas. Uno también ve si la persona está necesitada, le deja las flores más baratas. Lo ideal es vender".
Aseguraba que antes de la pandemia compraba unas 50 cestas de 24 unidades de rosas a la semana. Ahora solo puede con cinco y eso a medida que vende es que se decide por comprar, pues con una fluctuación de electricidad, se le quemó el enfriador".
Ni velas
Con mucha tristeza, la señora Omaira Rugeles indicó que hay días en los que ni una vela vende, por lo que para ella se ha puesto cuesta arriba la comercialización de sus productos. Indicó Rugeles que una vela vale 700 pesos y un velón, el más económico cuesta unos mil pesos.
La mujer, quien vende lápidas también, dijo que estos menos salen, pero mantiene la oferta, pues no todos cuentan con dinero para hacer una tumba con cerámica, granito o mármol. "Hay días en los que ni una vela vendo. Desde que llegó la pandemia estamos sin ventas. Si no hay trabajo, la cosa se pone dura para la gente y si vienen a visitar a un difunto, ya ni velas les prenden porque no hay dinero para eso. Todos sufrimos", agregó.
Los entrevistados informaron además que entre todos se encargan de velar por el cumplimiento de las normas de bioseguridad. No solo dejan el trabajo a los obreros del cementerio, sino que ellos están pendientes de los visitantes y si no cargan mascarillas, lamentablemente no puede ingresar.
Pendientes
De la misma forma, René Pérez, administrador del Cementerio Municipal de San Cristóbal indicó que todos los días se mantiene abierto el cementerio municipal desde las 7 de la mañana a la una y media de la tarde, tal y como lo ordenara el Alcalde Gustavo Delgado.
"Tenemos en las puerta a una persona encargada de velar por que toda persona que ingresa al cementerio tenga su tapaboca, se le rocía alcohol en las manos".
Asegura que las ventas en el cementerio han mermado considerablemente, pues el gasto en flores no es una prioridad para el sancristobalense.
Informó que anualmente se les renueva el contrato a quienes están en los locales del camposanto y el monto del canon de arrendamiento está establecido mediante una ordenanza. Explicó Pérez que es un monto modesto el cual es cancelado en la sede de la alcaldía.
Precisamente para ayudar a que los arrendatarios se pongan al día, están evaluando la posibilidad de llevar un punto de venta a la administración del cementerio.
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