Crédito: Franklin Rodríguez

"La muerte de mi hija no fue accidental"

Maryerlin Villanueva | La Prensa de Táchira.- Una adolescente de 15 años, quien respondía al nombre de K. Reyes, falleció al recibir un impacto de bala en el rostro, propinado por quien sería su novio, en la localidad de Loma de Curiacha, en Borotá, municipio Lobatera.

Desde la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, su madre, Ana Lisbeth Reyes, aseguró que su muerte "no fue accidental" como lo habrían reseñado algunos medios de comunicación de la región.

Reyes señaló que le habría prohibido a su hija que sostuviera una relación sentimental con A. Urrea de 14 años, quien citó a la estudiante el pasado sábado en horas de la noche para conversar.

"Ella me pidió permiso para ir a casa de la tía y de mi mamá, pero, se fue a ver con él porque él le dijo que hablaran" precisó.

La joven no asistió sola a la cita, pues su hermano, quien es también menor de edad, decidió acompañarla al encuentro.

En el lugar, comenzaron hablar, cuando fue accionada el arma de fuego en dos ocasiones, cuyas balas, una le impactó en la cara a K. y la otra rozó a su hermano.

"Para mí eso no fue ningún accidente, a mi hija me la mataron, porque él ya tenía eso planificado" dijo.

Al caer herida, fue trasladada hacia el Hospital General de Táriba, donde por la gravedad de las heridas, tuvo que ser movilizada al Hospital Central.

"A mi hija le dio un paro respiratorio, ella estaba muy delicada" apuntó Reyes.

En dicho centro de salud, falleció a las pocas horas de ser ingresada.

Urrea fue detenido y puesto a las órdenes de la fiscalía del Ministerio Público.

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