Agencias | La Prensa Táchira.- Una tragedia sacudió profundamente a la localidad de Chirgüita, en el municipio Tinaquillo del estado Cojedes, cuando una adolescente de 16 años fue señalada como responsable de la muerte por inmersión de su prima de apenas dos años. El hecho, ocurrido el pasado martes 7 de octubre, ha generado una ola de indignación y tristeza, dada la brutalidad del suceso y la corta edad de las involucradas.
De acuerdo con información publicada por El Oriental de Monagas, la pequeña se encontraba al cuidado de una persona de la tercera edad cuando, en un momento de descuido, desapareció. Horas más tarde, la adolescente informó que había hallado a la niña sin signos vitales dentro de un tanque de agua con capacidad de mil litros. En un principio, las autoridades manejaron el caso como un accidente doméstico, pero inconsistencias en el relato llevaron a abrir una investigación más profunda que cambió el rumbo del proceso.
El tanque estaba tapado, lo que dificultaba que la niña pudiera haber caído por sí sola. Tras una investigación más profunda, la adolescente confesó que introdujo a la menor en el tanque como castigo por presuntamente maltratar al perro de la vivienda.
Psicólogos advierten que este tipo de conductas que una adolescente ahoga a su prima pueden estar relacionadas con entornos familiares conflictivos o traumas no atendidos.
El Ministerio Público dictó privativa de libertad para la joven, quien permanece bajo custodia en un centro especializado para menores infractores. El caso ha sido catalogado como homicidio calificado, dada la naturaleza del acto y el vínculo familiar entre víctima y agresora.
Este suceso ha abierto un debate sobre la supervisión de menores, la salud mental adolescente y la tenencia responsable de mascotas. Organizaciones defensoras de la infancia exigen mayor atención institucional para prevenir tragedias similares.
La comunidad de Tinaquillo permanece consternada, mientras se espera que la justicia actúe con firmeza y sensibilidad ante este doloroso caso.
Este trágico hecho en Tinaquillo deja al descubierto la urgencia de fortalecer la educación emocional, la supervisión infantil y el acompañamiento psicológico en los hogares venezolanos.
La tragedia no solo enluta a una familia, sino que también interpela a toda la sociedad sobre el cuidado, la empatía y la prevención. Que este hecho sirva como llamado a la reflexión profunda y a la acción inmediata para proteger a nuestros niños y adolescentes.
Fuente informativa: RDN
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