Una joven estaba herida de muerte mientras que a pocos metros hallaron el cadÃver de un hombre con un revolver en la mano

Crédito: Karen Roa

Una joven estaba herida de muerte, mientras que a pocos metros hallaron el cadáver de un hombre con un revolver en la mano

La persiguió por todo el país para quitarle la vida en un lujoso hotel

María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- Varios disparos rompieron la tranquilidad en un lujoso hotel de San Cristóbal, la tarde del cuatro de febrero de 1987. La policía se hizo presente rápidamente en el lugar, puesto que se presumía que un demente habría abierto fuego hacia los huéspedes; sin embargo, en el pasillo de la gerencia se encontraron una trágica escena, una joven estaba herida de muerte, mientras que a pocos metros hallaron el cadáver de un hombre con un revolver en la mano.

La mujer a pesar de haber recibido cuatro disparos, dos en el tórax y dos en el abdomen, aún se encontraba con vida. Los bomberos la trasladaron en ambulancia; no obstante, al llegar al Hospital Central ya se encontraba sin signos vitales. La víctima era una joven mujer de 23 años, gerente de una agencia de turismo en Caracas, quien había llegado a San Cristóbal junto a una amiga peruana para asistir a una convención en el Hotel.  

Los hechos 

Los oficiales de policía comenzaron las investigaciones en torno al misterioso caso. El segundo cuerpo, en la oficina del gerente, era el esposo de la joven y autor del atroz crimen. El hombre de 53 años de edad, quien también era ejecutivo de la misma agencia de turismo, había llegado sorpresivamente al hotel y tras sostener una calurosa discusión con la joven, se escucharon los disparos.

Según las averiguaciones la pareja se había conocido hacia un año en la capital del país, tras solo seis meses de relación habían contraído nupcias en el mes de noviembre; sin embargo, los celos y el maltrato del hombre terminaron con la paciencia de la joven que lo abandonó a poco menos de un mes de haberse casado. Los oficiales confirmaron que en el mes de enero, la mujer había tramitado la solicitud de divorcio en los tribunales y hacía solo unas semanas su esposo se había enterado de la situación.

Desesperado por mantener su matrimonio el hombre siguió a su mujer por diferentes estados del país, buscando entablar una conversación con ella, pero la mujer siempre desconfiaba, nunca lo aceptaba y siempre intentaba, por precaución, estar en un lugar público y en compañía de amigos. 

A su llegada a San Cristóbal, la mujer se alojó en el piso ocho del lujoso hotel a la espera de asistir a una convención. Su esposo llegó solo horas después y se le fue otorgada la habitación 603 del piso seis. El hombre consiguió averiguar el piso donde se alojaba su esposa y la esperó junto a los ascensores. Ella al verlo, molesta por el acoso, le comunicó que no quería hablar con él, por lo cual se dirigió a la oficina del gerente para presentar la queja. El gerente llamó a guardias de seguridad; sin embargo el hombre los convenció de que no quería armar ningún problema y solo quería hablar con su legítima esposa, por lo cual los policías lo llevaron hacia su habitación.

El hombre esperó que los oficiales se fueran y nuevamente persiguió a la mujer hasta la oficina del gerente, y esta vez el hombre más efusivo le pedía que solo quería hablar unos minutos a solas con ella. La mujer temerosa de que la situación escalara, aceptó y solo pasados unos minutos a solas, en una de las habitaciones, el hombre detonó contra ella el arma en cuatro ocasiones y luego se puso el revólver en la sien para terminar con su propia vida. 

La mujer, a pesar de las heridas, consiguió arrastrarse por el pasillo para pedir ayuda; sin embargo no consiguió llegar al hospital con vida. Los amigos y familiares cercanos de la víctima informaron a los oficiales que su esposo era un hombre controlador, celoso y maltratador que, al parecer, no soportaba que la joven lo dejara tras estar poco tiempo casados. 

Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.

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