María Cárdenas | La Prensa del Táchira.- El 28 de diciembre de 1981, un terrible hecho conmocionó a toda la comunidad tachirense, cuando el cuerpo sin vida de una joven liceista de 14 años fue encontrado, luego de ser brutalmente asesinada.
El descubrimiento lo realizó un obrero que se encontraba pastando el ganado en una zona boscosa muy cerca de Toituna, lugar donde residía la víctima. Los detectives de la PTJ descubrieron que la joven había sido estrangulada, brutalmente golpeada, apuñalada y tenía signos de abuso sexual. Tras confirmar su identidad se reveló que era una estudiante que había sido denunciada como desaparecida el día 25 de diciembre por su cuñado, un carpintero que explicó a los oficiales que la joven no había regresado del liceo de Palmira y temían que algo le hubiera sucedido.
Tras iniciar las investigaciones e interrogar a los familiares de la menor, descubrieron que la hermana de la víctima y esposa del carpintero, tenía sospechas de su pareja. Al parecer, el hombre que colocó la denuncia el día de la desaparición de la víctima, tenía los pantalones manchados de barro al igual que sus zapatos y no llegó con las compras que se supone debía realizar. Además desde la desaparición de la joven actuaba de manera extraña.
Los oficiales fueron en búsqueda del cuñado, sin embargo este había desaparecido. Tras varios días de búsqueda lo encontraron escondido en una montaña muy cercana a Toituna. Al parecer el sospechoso tenía intenciones de huir hacia Colombia; sin embargo fue encontrado por una comisión del ejército.
En el interrogatorio, el hombre se declaró inocente y rechazó todas las acusaciones, pero ante la insistencia de los oficiales finalmente confesó.
Al parecer el carpintero se había encontrado con la víctima, cuando está estaba en la buseta camino a su casa. El hombre la persuadió para qué lo acompañara a realizar unas compras, no obstante todo fue una mentira. La llevó a una zona solitaria e intentó violarla y ante la resistencia de la menor, el hombre comenzó a golpearla y finalmente la estranguló, para luego atacarla con un puñal y violentarla.
Tras cometer el asesinato, el hombre abandonó la escena y se fue a su casa como si nada, para la mañana siguiente, sin ningún rastro de culpa, denunciar la desaparición de la joven que había asesinado.
Los datos de esta historia se encuentran resguardados en la Hemeroteca Estadal "Pedro Pablo Paredes", ubicada en la sede del Liceo Alberto Adriani en San Cristóbal.
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