María Cárdenas |La Prensa del Táchira.- Uno de los símbolos arquitectónicos más imponente e importante de la ciudad de San Cristóbal es el Viaducto de La Bermeja, mejor conocido como "El Viaducto Viejo". Su historia se remonta a 1956, cuando el ingeniero municipal Armando Crespo anunció su construcción, no obstante, a pesar de tener los planos listos el gobierno de Marcos Pérez Jiménez no logró iniciar la obra, la cual oficialmente comenzaría en 1959.
Esta estructura se convirtió en una obra arquitectónica única en su época, al ser la primera en Venezuela en utilizar arcos múltiples de concreto armado. Con 240 metros de longitud, 25.50 metros de ancho, 4 vías, 2 aceras y una isla central, el viaducto se sostiene sobre tres arcos tipo "cajón abierto" de 59 metros de luz cada uno, en cinco pilas. Su construcción avanzó rápidamente estando casi terminando en julio de 1960, casi un año después del inicio de los trabajos.
El viaducto fue inaugurando de manera oficial el 11 de octubre de 1960, durante el gobierno de Rómulo Betancourt, bajo el nombre del Viaducto de La Bermeja. Según el cronista Luis Hernández, este proyecto fue clave para la ciudad, ya que conectó el centro y La Concordia a través de una vía que destacó por su ingeniería y mano de obra venezolana.
Si bien el viaducto representaba el crecimiento de San Cristóbal, el lugar tuvo varios episodios oscuros. Muchas personas se quitaron la vida por diferentes razones y otros hechos violentos que trascendieron en la historia sucedieron en este lugar. A raíz de estos sucesos se decidió instalar una alambrada que cubriera todo el viaducto, la cual con el tiempo tuvo que ser modificada para poner punto y final a este tipo de acciones.
Hoy más de seis décadas después sigue impresionando a los ciudadanos cuando recorren sus más de 200 metros con una vista deslumbrante de diferentes sectores de la ciudad. Además este es un símbolo histórico que marcó un antes y después de la capital tachirense.
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