Ingmary Rodríguez I La Prensa del Táchira. - Al tachirense Gustavo García, chef de profesión, la cuarentena le jugó una mala jugada, le tocó dejar los vegetales, las hortalizas y el juego de cuchillos para "frentear" la situación ya que en casa le espera una familia a quien debe darles de comer y también debe pagar el alquiler de la vivienda donde actualmente viven.
A García, los dueños deñ restaurant donde trabajaba lo despidió en medio de la cuarentena y con una carreta improvisada, protegiéndose con un tapabocas, ahora recorre las calles de Zorca Providencia junto a dos compañeros vendiendo frutas. "Mira donde estoy", decía entre lágrimas.
En medio de sol inclemente y a gritos va de calle en calle gritando: " lechosa a 500 pesos". Camina sin parar para lograr obtener recursos y así costear los gastos alimenticios de su familia.
La realidad de este tachirense que debe mantenerse en las calles en la incansable búsqueda del pan de cada día es la misma para otros que debieron por conciencia y obligación resguardarse en sus casas para evitar la propagación del Covid-19.
La poca movilidad en la calle principal que conduce desde El Mirador hasta Zorca Providencia le obligaron a trio de hombres salir a caminar y de calle en calle ofrecer para ver que se "puede vender en el camino".
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